Miguel Angel Ortigoza García

ADIOS, ANITA SILVA

 

Bien pudiera alejarme

del banquete de nuestro amor,

en silencio y lerdos pasos,

furtivo, cobarde, en dolor.

 

Pero tengo ingentes deudas

que talvez nunca las pague,

por los momentos tan bellos

que a mi vida tu le has dado.

 

Tu risa espontánea, tu actitud valiente,

nuestras picardías, sentidos poemas.

Te los agradezco infinitamente

por casi dos años de feliz arrullo.

 

Comenzamos a caminar

de la mano de un poema.

Por eso al terminar

te digo adiós por escrito.

 

Me retiro así, sin llanto.

El espacio es muy pequeño.

Mi amor es tan inmenso,

que no puedo compartirte.

 

Anita Silva, querida,

tú me conoces bien.

Yo no soy de los que vuelven.

Adiós, para siempre, adiós.