Frances Villa

Oquedades

Miro el perdido horizonte…a lo lejos las nubes blancas asemejan un campo algodonero, con claros surcos de cabecitas recolectoras de suave nieve…
Me encuentro perdido entre una multitud que sujeta mis manos…me dicen cosas que en mí no pueden llegar.
La palabra mágica es “olvidar”,… pero olvidar ¿Qué?...no puedo entender.
La mañana se apresta, con sus rayos grises, a salir…pero yo… ¿a dónde puedo ir?...mi espacio ha sido reducido…ahora no encuentro otro camino a seguir que la soledad…ya nadie puede acompañarme.
La tarde culmina con una ráfaga de besos en el parque… ¿pero yo que?...mis labios han desaparecido en una noche en que las estrellas me negaron su amor,… mientras la luna burlábase de mi pena…
Miro el horizonte…y doy en la cuenta… de que el perdido… soy yo…Debo olvidar a alguien… pero ¿a quien?...
Quizá y hasta ya lo haya olvidado…me digo…pero luego alguien me dicta estas palabras: ¡debes olvidarme!...lo nuestro no puede ser... entonces –al escuchar esa voz- doy en la cuenta que debo de mí, olvidar todo.