ELPRINCIPIANTE

EN LA ESPERA QUE ME ECLIPSES… CON TU AMOR

 

EN LA ESPERA QUE ME ECLIPSES… CON TU AMOR

 

En la espera del eclipse…

con la paciencia de un búho

que aguarda por su noche,

el sol inamovible en cielo desespera

ansiando que la luna en él se pose.

 

La playa en sus orillas indiscreta

anhelando colmarse de caricias

en sus arenas vivas se ve inquieta,

deseosa que ese mar en sus mareas lleve

el amor que a su alma le sosiega.

 

Así la tierra árida que el calor seca,

ávida quiere ver llegar la lluvia,

y que el cielo la moje con sus besos

y le devuelva a ella su hermosura

cimentando en su vientre la ternura.

 

El invierno ya hastiado del vil frío

quiere mudar su piel como el estío,

y reteñir de verde sus ajuares,

siendo un hombre con canas el se esmera

por ver llegar su amada primavera.

 

Aun la estrella exenta de fulgor,

limitada en su brillo por el día,

sueña con sus tinieblas con empeño,

suspira desde lejos en su agujero/

pues quiere arder en luz y ser lucero.

 

Debajo de la sierra yace el río,

en su cauce con agua a los tobillos

y mira esperanzado los nubarrones

queriendo que se nublen en su tristeza,

pues al llorar traerán a él su fuerza.

 

El alba ambiciona abrirse en vuelo…

a surcar con sus alas el universo,

el viento quiere amainarse entre mis brazos

y así, en ellos, encontrar descanso/

los ojos brillan de emoción al ver la luna

meciéndose quietita allá en su cuna.

 

El alma anhela calma,

el corazón desangra por un flechazo,

las ideas aun sin forma papel quieren,

y un vivo por amor casi se muere. 

 

Mis manos tiemblan por piel,

mis yemas buscan tu cuerpo,

los labios que hacen mi boca

hambrientos hurgan tu centro.

 

En esta noche mansa,

ausente de mi lecho,

transitando me hundo en tu silencio,

esperando de ti algún cumplido,

mas tu yaces sin alma, sin alegría,

y deambulas lejana de mis sueños

ignorando quizás que soy tu dueño.

 

Más yo te esperare como es costumbre,

noche a noche, ansioso por tu lumbre,

esperando tu eclipse luna rara…

 

Y tú te ocultaras de mi reflejo

al llegar la mañana como sombra,

dejándome otra vez en mí desvelo,

como estático sol que tu alma añora.