MariaCarolina

Canto de una niña secuestrada a mamá y a papá

En medio del cielo estrellado,

un Lucero se ocultó.

¡Oh! Cuánto me ha dolido

aquel brillo que se alejó.

¡Anda, anda!

gritan las estrellas.

Olvidada,

 en medio de la pradera

la niña llora, llora,

desconsolada;

no miraba, no encontraba

aquel Lucero que la alumbraba.

Con el Sol ocultado

Iba yo,

De mi Lucero acompañado

Mi camino no se había nublado

Hasta que fue separado.

Del brillo alejaron

A la niña que siempre ha necesitado

Aquella Luz que le quitaron.

 

¿Cuánto no quiere ver

aquel Lucero que se ocultó?

tipos malos y corrientes

en una sola noche

de mi luz me separó.

 

Esa noche sentí que desmayaba,

pensé que ya no brillaba

aquel Lucero

que desde niña miré que me acompañaba.

¡Oh! Ahora ¿quién me alumbrará?

Si de mi camino han apartado

a la mayor guía de mi vida

de mí han alejado.

 

¡En medio de las tinieblas he quedado!

Pues, al parecer de mí

El Sol se ha olvidado.

Aunque sé

Que mi Lucero no me ha abandonado.

Divinamente me ha alumbrado

Por el camino del bien me ha llevado.

Pues por mí se ha preocupado.

 

Ese brillo es mi guía en occidente

Como a los Reyes Magos,

la estrella que los llevó al lejano oriente.

 

El tiempo pasaba y sentí

Que una luz brillaba,

Entonces comprendí

Que aunque lejos de aquí

Mi Lucero y mi Sol por mí

Se preocupaban.

 

En la oscuridad iba caminando,

Tropiezos fui encontrando.

A la adversidad iba enfrentando,

Oraciones fui rezando,

Y así alumbrando

Al largo camino que sola estuve andando.

 

Diciembre, Enero y Febrero

Anduve yo,

Acompañada de un gato que en mi regazo creció.

Marzo y Abril,

Aún yo aquí,

Queriendo ponerle fin a esta oscuridad que no se aleja de mí.

 

Con la cercanía de Mayo

me he preocupado,

quisiera yo tener al Lucero, cerquita y a mi lado,

pues su día es celebrado.

   

Mi Sol un brillo ha mostrado,

En las noches una luz he observado,

Sintiendo que  no me han abandonado,

Así mucho me he calmado.

El Lucero es mi madre,

El Sol es mi padre,

María Lucero por nombre

ha de llevar mi madre,

Y espero que ese brillo por siempre me acompañe.

Sol, mi padre no ha de llamarse,

Wilson Antonio Suárez Flores

ha de bautizarse.

Aunque a él le reprochen

tantas verdades

de las cuales crean responsable,

sepan que yo mucho he de admirarle,

por su inteligencia y fuerza incalculable.

Poco de mi padre

he de hablarles,

pero sé que por siempre

 he de adorarle.

María Carolina Suárez Morcillo

han de bautizarme,

y con Dios de testigo

mi amor he de jurarles,

Esperando que nuevamente

 me acompañen

Para que esta triste

 historia se acabe.

 María Carolina Suárez M.

A los 128 días de cautiverio.