YoKo

Un día sin lluvia

¿Un obsequio… para mi?- pregunté sonriente, creía que al dejar de ser infante no volvería yo a tener un presente nuevamente.

Mi sonrisa se convirtió en un capullo de flor

cuando al rozar mis labios con el cielo,

sumergidos en lagunas de un denso algodón,

abrazaron un obsequio titilante entre los brazos.

 

Al abrirlo…

se escuchó un sutil compás dibujado con sombras,

son árboles seducidos por una Volta exigua,

con aroma a viñedo fermentado y sabor a extinto suspiro.

 

Es un beso,una reliquia que aún respira este amanecer,

porque aún eres vida en este año que comienza

en un día sin lluvia que ha nacido de un cálido obsequio.

 

Clavel Rojo

Alejandra P. Rodríguez Espinosa. Todos los derechos reservados.