Oswi

(09) Caballero de la Soledad

La historia es del aquel caballero olvidado en un libro viejo y sin color

Porque el destino esquivo, malvado y siniestro así lo dictó

Solo paseaba en el bosque que había jurado por siempre guardar

Donde vivía aquel “odio”, terrible, que todo quería matar

 

Era él, carcelero encargado de dicho ser etéreo mantener

Fuera del alcance de mortales que lo quisieran tener

De aquellos que buscaban el odio para ser más poderosos

De los malvados, fríos, despiadados y rencorosos

 

Fiel a su juramento jamás dejó se acercase un hombre a tal maldad

Pero nunca contó con que una mujer lo pudiese ir a buscar

Mas, esta no blandió ningún espada o armadura ostentosa

Parecía más bien estar perdida, buscando cómo regresar a casa

 

Feroz caballero se abalanzó sobre indefensa muchacha, dulce y tierna

Quien sólo su rostro cubrió con esbeltas manos, y al caballero enamoró

Haciendo olvidar todas aquellas crueles batallas épicas en las que combatió

Que alejaran cualquier amenaza del temido “odio”, del bosque el corazón

 

Pero no sabía que la dulce doncella era una impostora enviada para matarlo

Y quitar la custodia del “odio” haciendo más fácil del bosque sacarlo

Pero la doncella vio el amor en su camino, de oxidada armadura, un caballero

Que con delicada dulzura, con su corazón logró sutilmente seducirla.

 

Dio, el caballero, puro y sincero amor, pues era el único que tuvo y la mente duda, no albergó

Le brindó el más veraz cariño, que hasta la Luna de su querer, envidia sintió

Pues la Luna era la única, antes de la aparición de la doncella,

Que el caballero había considerado princesa bella

 

Mucho no pasó hasta que el fraude se hizo saber, pues un terrible hechicero

Se presentó reclamando, al caballero, el poder

Que, firme en su puesto no titubeó, mandando al triste nigromante

De vuelta al infierno de donde el salió

 

Esperó, el brujo, la ayuda de aquella doncella, que debía matar

Al caballero mientras él, distraído, mirase a otro lugar.

Pero el amor proferido por aquel caballero pudo más que los hechizos malvados del siniestro ente del mal, protegiendo a su amado, enfrentando al sortílego fatal

 

Viendo esto el caballero no dudó en defender, al único amor que en la vida  pudo tener

Mientras el tenaz caballero luchaba, sometiendo al hechicero a su espada

La Luna envidiosa, la vida de la amada ya cegó

Pensando que tenía al caballero, que, una vez más, solo quedó

 

Pero la Luna no tuvo el amor que del caballero esperaba con fe,

Sólo tuvo un cansado jinete que empezó a fallecer

Pues el caballero su único amor, por siempre perdió

En manos de ella, quien por él había sentido mucha pasión

 

Y así, la Luna, que cada noche se la veía los cielos

Vio, a su único fiel acompañante, muerto por propios celos

Quedando el objeto de custodia a la merced

De cualquier mortal que de su poder tuviere sed

 

Mas, la Luna por la tristeza del daño que al caballero causó

Como nunca lo había hecho, terriblemente ella enfermó

Y poco a poco, el aliento, lo perdió

Hasta que una noche por fin pereció

 

Pero no fue el fin de la Luna, sino el principio de la maldición

Que el caballero otorgó a su amiga por culpa de aquella traición

Pues dicen que la Luna muere y renace

Pagando lo que su amor por un hombre provocó

 

Y ahora es testigo silente de la malicia

Que se liberó al mundo, transformándolo en inmundicia

Por el “odio” liberado esa noche tan cruel

Llorando por la maldad que ve, llorando por él.