Quizás alguien te dice que yo rompí contigo.
Pero el que lo haga no sabe, que tú estas conmigo.
Yo sé que no te tengo, y que eres de otro,
y también mía sigues siendo; por lo menos lo supongo.
El alma mía sufre, de lo que el oído escucha.
Conozco estos sentidos, que nacen de la angustia.
Te miro y me miras, de lejos sin estar cerca,
tú escondes mi retrato en el pecho, y me aprietas.
Yo te veo en las fotos, con los ojos que lloro;
regreso y te recuerdo, te odio y te adoro.
Yo se que no te tengo, pero se que eres mía,
y lloro, pero supongo, que es por la alegría.
Llorar es para un hombre, la más difícil cosa.
Pero si no te tengo, ¿qué más hago hermosa?,
estas tan lejana, pero te tengo en frente.
Y hablo y río contigo, a ratos muy frecuentes.
Te hablo y más me meto sin dudas en mi lecho,
me preocupo por ti y nunca estoy satisfecho.
¿Qué estarás haciendo?, una u otra cosa.
Te imagino metida en la flor de alguna rosa.
Quiero saber de todo lo que tienes en torno.
Yo se que no es correcto, pero así yo lo supongo.
Y después te pregunto si sigues siendo mía,
y mientras me respondo, me muero de alegría.
LEOM KOLMNELA