Sergio Jacobo "el poeta irreverente"

QUÉ LÁSTIMA…

 

PARA...AÍDA.

 

Qué lástima que tenga que pedirles permiso a mis huesos

a mis brazos         -a mis manos-

A mis pobres palabras que brotan de mis labios

y a mis ojos que se cierran

para encontrar el sueño.

 

Qué lástima (es cierto)

Porque para decir   -“te quiero”-

El silencio de la noche lo pasea libremente

hasta  llegar a tu oído lejano

                                sensitivo.

 

El vaso de agua que sorbo  -la comida que ingiero-

Revuelven las palabras más sencillas en el cuarto vacío

(acércame tus labios alma mía

y bebe de los míos el último suspiro que me quede)

Tu cuerpo en mi cuerpo

es  la flama en la vela

y el sudor es la cera que escurre

                                        por tus poros.

 

Qué lástima  (qué lástima)

Es decirte  -te quiero-

En el lejano instante de no tenerte cerca