Jhon Deivy Torres Vidal

el sonido de tu nombre

Tu nombre -hermosa mía- me suena a mar calmado,

a nieve condensada en las alturas frías.

Tu nombre es la promesa feliz de todo humano

y vibra en mis oídos con ecos reposados.

Tu nombre suena a agua luchando con el fuego,

tu nombre en las alturas parece un Dios mirando.

Tu nombre, en el silencio, me suena a leves manos,

a cántaro vacío y a beso consumado.

Me suena a flor celeste ansiando el alto cielo,

a ruido de paloma estática en el nido,

a gotas de granizo fundiéndose en un árbol,

a flauta de poesía, nocturna y misteriosa;

a siembra de frutales y a la cosecha misma;

a madrugada bella en sierras estivales,

a régimen de río, fecundo y tan constante;

a roca traspasada por la corriente fina;

a la caída libre del cuerpo más sencillo;

a la pasión que lleva la tórtola en su vuelo,

a signo de estaciones y a luz de luna inmensa.