viajera solitaria

Algo de un sueño (no es un poema)

Era una noche oscura, llena de almas solitarias que paseaban por calles donde cada paso llevaba a la locura.
El bar era viejo, sabio, silencioso testigo de vidas tortuosas, llenas de secretos.
Una leve neblina de humo negro y rancio llenaba todo.
Las notas melancólicas de un piano solitario sonaban de fondo.
Un viejo que bebía ron estaba al fondo, con su mirada quieta, fumando un habano.
Una camarera con delantal raido servía una copa a una sombra vestida de negro en lo más profundo del local.
El atrayente sonido de un saxo se sumó a la melodía triste.
De pronto, un destello captó mi atención.
Eran profundos, como un lago, del color del desierto durante una tormenta de arena.
Una piel pálida enmarcaba esos ojos conocedores de muchas verdades de la vida, intensos, de mirada profunda, con algo escondido en el interior, algo muy guardado.
Sentí un escalofrío en mi espalda mientras me perdía en su mirada.
De pronto despierto sola, en mi cama.
Solo era un sueño, un sueño donde le vi, a él.
Es quien me espera, es él.