Komodo

Tu voz...

Tu voz en mis oidos
son mi dulce delirio
el abrazarte y amarte
son mi verdadero exilio.

Mi deceo corporal
te pide a gritos,
no de tristeza,
no de desquicio,
tan solo te deceo
como la noche al frio.

Tu voz me tranquiliza
tu voz me alienta,
tu voz me eleva
hasta hacer escuchar mi latido
para llegar hasta el alva!

Pero veo como te miran
al pasar las flores
hojas, nardos y blancos lirios,
te recorren mi dulce niño.

Quiero esperar al caer la tarde
y tomados de la mano al abrazarte
conjugaresmos pasados y presentes
de nuestras almas al redimirse.

Tu voz en mis oidos
son mi dulce delirio
el abrazarte y amarte
son mi verdadero exilio.