RICARDO ALVAREZ

TU BESO Y TU MANO

 

De tu mano cae, cómo rocío inexplicable,

lluvia para mis labios y neroli en mi boca,

la tersura de badana que mi piel evoca, y

tu dedo elástico de relámpago inmensurable.  

Mi noche se hace eterna en el reloj

del amplio desierto negro, y en la gota

del nácar luminoso, abro paso al alba

en el túnel del deseo,

y  choco con la mañana, donde tu esfinge

se dibuja en luz verde de alga y

se pincela, en el día carnal de la manzana.

Cada esquina del cuarto, baldosas, paredes y

cuadros, viven en la sombra del fémino espejismo

al reflejo arqueado de tu boca, irrumpiendo en volcán.

¡ Erupción de lava ardiente y besos ¡

Devorados en mi boca hambrienta y salvaje,

de astro voraz insaciable.

Mi lengua de fósforo enciende la pira

que ondula la mañana, en brusca tempestad.

Tu mano acaricia el cristal y el nenúfar y

tu beso mi labio desmenuzado.

¡ Oráculo de mis noches. Certidumbre de mis albas ¡

            Tu mano de pelo y harina es inexplicable.

            El sabor de tu beso, inenarrable.