Francisco Caleros de la Roca

BODAS DE ORO (Reflexiones)

Hoy escuché las mañanitas

que cantaba el Rey David.

¡Albricias de Cumpleaños!

 

Antes de que saliera el sol,

Dios se asomó a mi ventana,

me saludó una flor

y me ha cantado un pájaro silvestre

¡Albricias, en estas Bodas de Oro!

 

Yo tengo medio siglo en las manos,

y siento que ayer nací

en aquel pueblo lejano,

en la casa de adobe,

techo de tejas,

con vista al monte

y con brisa de pinabetes.

 

Nací rodeado de volcanes

Me sirvió de faro el Volcán Santa María y el Volcán Santiaguito

Ahora,  sigo con la mirada  en alto con los centinelas de mi casa el coloso dormido Volcán de Agua y el espectacular Volcán de Pacaya, prodigios de la naturaleza

 

Sólo algo me hizo falta en esta vida:

fue mi Madre...que se fue temprano

cuando Yo empezaba a ser un niño

y se ha llevado con esa su partida

un pedazo de mi corazón, en cada mano.

Una guirnalda sobre su tumba

y una plegaria por su bello recuerdo.

 

Mi padre murió justamente a tres días de este mi 50 aniversario

es un árbol que murió de pié

con la vista al cielo

y con la semilla de una docena de hijos

 

No he escrito un libro;

pero,  he manuscrito poesías

he plantado un árbol,

he sembrado una flor,

tengo tres hijos

continuidad de mi existencia

 

Mi camino ha sido largo

mis pasos han recorrido la vida,

las veredas de la experiencia

me han enseñado el correcto sendero.

 

Viví de amores

Sufrí sinsabores

mi corazón latió miles de veces

algunas veces roto, otros vibrante

me llené de besos y caricias,

tuve la pasión

y el remolino de emociones

 

No he logrado fama, ni fortuna

ni he corrido en pos de ellas

sino que he logrado los laureles, con creces y con tesonero trabajo.

 

Mis ojos han visto el mundo

mis pies han cruzado algunas fronteras

y mi mente ha viajado hasta el fin de la tierra,

he llorado tanto, también he reído mucho.

Vivencias de media centuria

 

Mi cuerpo quizá esté viejo;

pero,  mi  corazón es quinceañero

 

Mi mayor tesoro

es la bendición de Dios

lo son mis amigos,

mi familia,

la buena gente que me rodea

que de amor me prodigan

 

Tengo la suerte de contemplar dos siglos diferentes:

El siglo XX de mi nacimiento

repunte de la humanidad

el siglo XXI de mi muerte

despunte de la ciencia.

 

Yo ya hice la historia,

mis hijos, contarán la historia.

 

Pido perdón por mis desvaríos.

A mi prójimo que he ofendido

aunque no me vea inclinar la cabeza;

pero,  mi corazón está arrodillado

 

Y a Dios Omnipotente:

¡Gracias por este cincuentenario!

gracias Señor,  por mi salud

 porque no me he cansado

en subir los cincuenta peldaños

de la escalera de la vida,

ni me pesan los años

para bregar al final de la existencia.

 

 

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Jaime García Alvarez