Alexander Vortice

FATÍGAME

Pon en duda tu sombra.

Cuida de los objetos inanimados

y dale de mamar a las antorchas

de los fanáticos del verso.

Coloca la pistola en la sien y sonríe.

Nada hay más importante que unos dientes

frente al espejo, dientes rotos,

ennegrecidos por los golpes

del tiempo.

Pon en duda la muerte

y muéstrate tal y como eres.

Fatígame con tu “quiero ser”

ya que yo soy experto

en causas perdidas.

Bésame si no hay más remedio:

soy un amante pésimo cuando Dios

requiere mi alma y deja tirado en la cuneta

este cuerpo tibio, ávido de otros cuerpos,

cuerpo que concede opiniones, decretos

y sonetos demasiado funestos.