Deliter

DESPEDIDA SIN ADIÓS...

Era un día cualquiera sin nada que aludir;

la cubierta de un carro está en mi evocación.

 

Dos maletas, los libros y un viaje que emprender

fue la coartada justa para decir adiós,

en una iba tu ropa, tus planes de futuro,

en la otra mi vida que te entregué al partir.

 

Aunque no lo dijiste, vislumbré tu intención.

El corazón no falla y el mío avizoró,

se llenó de quebranto para vaticinarme

los negros nubarrones previos al colofón.

 

No lloré en tu presencia para no presagiar

una nueva aventura y el final de un amor

que aunque no aseguraste que sería perpetuo,

aprendí a percibirlo con genuino valor.

 

Te inquietaba la idea de que yo dedujera

que cobarde abjurabas mi confianza, mi fe.

Sin que yo lo pidiera capitulaste firme

que estaríamos juntos dos días cada mes.

 

La distancia y el tiempo no serán obstrucción,

dijiste al advertirme con la mirada triste,

y creí en tu palabra con tan grande ilusión.

Pero el jolgorio fácil y baratas caricias

te hicieron sucumbir cual novato varón.