Estoy a punto de lanzar mi última súplica.
A punto de claudicar en mí esperanza por ti.
Intentaré con el aliento que me queda
pedirte que te alejes, que te alejes, hoy de mí.
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Que no me des ya ni una seña,
ni una palabra, que me haga dudar.
Que te marches ya sin más de mi lado,
y se anide en mí la desesperación.
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Me conforma saber que un día te quise.
Me conforma saber que un día te amé;
me entristece creer que me quisiste,
me consuela saber que no fallé.
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De tenerte a mi lado no hay esperanza.
El creer que me amaste, sólo humo fue.
Yo que quise morir pero a tu lado siempre
tú no quieres vivir pensando ya en mí.
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Ni en mis tristes poemas,
en mis ojos cansados.
En mis rimas, mis versos,
en mis celos por ti.
No has querido pensar que el amor vale la pena,
ni te interesa jamás algún día ser feliz,
con mis labios, mis manos, con mis noches, mis penas,
con todo el calor que hay en mi piel.
Ni con mis muchos detalles
de los que a veces reniegas.
Soy el fan de tu vida, el que ama tus ojos,
tus gritos, tus enojos, el que muere por ti.
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Hoy intento olvidarte, esta vez para siempre,
y si ya decidiste me marcho de ti.
Tu respuesta no llega. Hoy mi alma se agota
de saber que tú dudas, que no te entregas a mí.
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© Armando Cano.