Dominatorque

La llama primera

 

 

 

Óyeme la mocedad que nunca se rinde,

está presa...

encarcelada tras los barrotes del hueso,

invisible a la mirada , perceptiva al oído,

sensible solo, al tacto más tuyo.

 

Deberías quedarte dormida

y en el intento, sentir frío,

pedirme entonces que te abrigue...

con el calor que mi pecho desnuda.

 

No nace tormenta... del interior de los mares,

ni sol que alumbre , la oquedad más profunda.

Son perros, manadas de hambre que aúllan,

son de la guerra, la sangre y sus tambores,

 

Es el amargo fuego que mi sangre envenena

y a cada latido, más intenso hiere.

Es el intento mayor de la asfixia

por conseguir de mi, la muerte y su agonía.

Porque tu presencia dormida,

me mata e incinera.... lentamente..

 

Te veo quieta , como fingiendo sueño

y yo mientras tanto.. medio muerto

solo alcanzo los jacintos de tu pelo.

Temo.. como temen los mortales,

que despiertes y me desconozcas,

temo..

del volcán de mis costillas frágiles,

la llama primera ,

que no retenga su potencia ..

ni su memoria .