FELINA

JURAMENTO DE AMOR ETERNO

Qué lindo tu cabello cano,

 

en donde ensortijé mis sueños,

 

en donde anidaron tantos anhelos,

 

anhelos que se fueron

 

blanqueando con los años,

 

al igual que tu cabeza de azabache,

 

se cubría de nieve blanquecina,

 

mientras la vida nos llevaba

 

por destinos paralelos,

 

jugando al cambalache

 

con los sentimientos.

 

Nunca olvidaré el juramento

 

que en aquel cementerio,

 

un día hicimos,

 

en medio de la bruma

 

que cubría las tumbas

 

y el miedo sepulcral

 

que invadía nuestros cuerpos,

 

rodeándonos de un viento gélido

 

que paralizaba nuestros miembros

 

y nos hacía chasquear los dientes.

 

Quisimos salir corriendo,

 

de aquel lugar, lleno de entes,

 

en donde los dos, parecíamos dementes,

 

pero más pudo el amor,

 

que aquel terrorífico momento,

 

en el que silvaba el viento,

 

queriéndonos decir:

 

¡Dejad en paz a los muertos!

 

Tembloros y agitados,

 

con fisura en las muñecas,

 

nuestras sangres juntamos

 

en un ritual gitano,

 

quedando nuestras vidas

 

unidas para siempre.

 

Desde aquella tarde quedaste,

 

como un sello perenne, tatuado

 

en la profundidad de mi alma

 

y corriendo tu sangre,

 

como río caudaloso por mis venas,

 

desde aquel día, nunca pude yo olvidarte,

 

y se me hizo imposible... dejar de quererte,

 

se me hizo imposible... de mi mente sacarte,

 

se me hizo imposible... dejar de pensarte,

 

se me hizo imposible... dejar de soñarte,

 

se me hizo imposible... dejar de amarte,

 

desde aquella tarde.

 

Felina