Se cierne la noche y el alma se oprime
sollozan las horas, gime el firmamento,
la última hora del año se acerca, exánime
en marcha impasible, rompe el sentimiento.
El tic tac del reloj con su paso errante
lacerando el alma, cual viejo bajel
marcha, presuroso a ser el pasado, y así vacilante,
de cara al futuro, misterioso, quizá cruel…
Oh, noche de noches, de siglos, dintel de la vida
colmena de sueños, de luces ficticias y oscuro perfil
recuenta el pasado que ya no se olvida
y atentos al nuevo comienzo, confuso, febril
augurio es de albura, promesas de vida
abrazos y llanto, en fulgor gentil.
Bolívar Delgado Arce