El gato negro
Lloro todos los días,
No hay consuelo en mi alma
Que se encuentra culpable y desdichada
En medio de esta sutil agonía.
A mi encuentro vino un pequeño gato
Tan negro como cualquier abismo,
Indefenso y enfermo,
Su dolor me carcome por dentro.
Todavía siento la tristeza
De no poder ayudarlo
Y la culpa
De no poder protegerlo.
Sin querer lo entregue a la muerte.
Era una criatura inocente
Sumergido en un torbellino de sufrimiento
Regreso a mi vereda y busco refugio.
Entre mis brazos los sostuve con amor,
Llore sobre sus heridas abiertas
Y acaricie con temor
Su alma sufrida y maltrecha.
La muerte lo arrebato de mis brazos
Dejándome el corazón roto y cansado,
Mi alma ya yace en lo árido
Ahogada entre culpa y llanto.
Muy en el fondo anhelo
Enterrar este dolor en el océano
Y que mi alma encuentre descanso
A través de tanto sufrimiento.