Te digo adiós y escondo lo que siento
con palabras que no verás escritas;
te digo adiós con lágrimas gratuitas
y también con un poco de tu aliento.
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Dejas algún recuerdo, de momento,
a un presente que hierve si lo agitas
y que promete olor a margaritas
si la suerte sonríe y toma asiento.
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No sé si amarte mucho o amarte poco,
no sé si amarte mucho o de buen grado,
ni en qué lugar del pecho te coloco.
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Quizá, lo poco o mucho que has dejado ,
sean migas de pan para otro loco
o paz para el “adiós” que ya te he dado.
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Fotografía y poema: Ramón Bonachí.