Guerras Poetizadas y Escritura Polemica en la Edad Moderna.
La pólvora aprendió a rimar
cuando el acero cansado de matar
pidió voz al verso.
Desde entonces, la guerra escribe
con tinta roja
sobre el papel del mundo.
No fue muda la Edad Moderna:
alzó la espada y el soneto
el arcabuz y la sátira
la cruz y el panfleto.
Se combatía en los campos
y en las imprentas
donde cada sílaba era bala
y cada metáfora, estandarte.
Poetas hubo que cantaron victorias
como si el humo fuera incienso
y otros que, con pluma herida
desnudaron al poder
mostrando su óxido moral.
La épica vistió de gloria al rey
la elegía contó los muertos
que la historia quiso callar.
Entre guerras de fe y de imperios
la palabra se volvió trinchera.
El verso polemizó con el dogma
la prosa atacó la conciencia
y el lenguaje, arma ambigua,
sirvió tanto al tirano
como al que osa resistir.
Así nació la escritura polémica:
hija del miedo y del coraje
del panfleto urgente
y del poema que arde.
No buscó solo belleza
sino herir, convencer, despertar
porque en la Edad Moderna
escribir fue también combatir.
Y aún resuena aquel eco antiguo:
cuando la guerra se vuelve poema
y el poema, juicio
la palabra deja de ser refugio
y se convierte en campo de batalla.