No sé qué puede ser si no sé nada
al ser lo que presumo nunca fue
y nada puede ser si nunca el alma
sintió lo que vivió mucho después.
No sé ni lo que dicen las palabras
si son como las olas, su vaivén,
que van con su rugido y que me espantan
¡Qué irónica y qué cruel desfachatez!
Presumo que mis versos no se entienden
si nadie mi sentir entenderá.
¿Y viven las ideas cuando muere,
la tinta si el tintero no da más?
Los campos cuando llueve reverdecen,
mis versos de seguro morirán…