La soledad a mí acude
en las noches en calma
donde el sueño me elude
la oscuridad se respira.
El estómago se me contrae
ya no hay una risa que me lo desanude
ni una brisa, ni nada,
que en los malos ratos me salude.
Estoy solo
sin nadie que me desnude,
esperando una persona
que ni me concierne, ni me alude.
No creo ya
que nadie me ayude.