No todo ha sido color de rosa,
pero tampoco color de hormiga.
Si pudiera encontrar un punto medio,
diría que fue un total tornasol.
Sí, así fue el año:
con un poco de todo,
porque así es la vida.
Hecha de colores, sabores y texturas.
A veces nos sabe muy dulce,
otros días, amarga como la hiel,
y en otros... nos parece simplemente normal.
En ocasiones nos trata con suavidad;
en otras, su aspereza nos duele, nos raspa.
Pero también hay momentos buenos
en que todo fluye con naturalidad.
Así es la vida.
En un año se puede vivir,
soñar y anhelar mil y una cosa,
o querer olvidar una y mil más.
Lo importante es no ausentarse,
para que, al final de este camino llamado año,
miremos atrás y digamos:
La vida no fue de color rosa,
tampoco color de hormiga...
Ha sido, simplemente, un total tornasol.