Un día estábamos escuchándonos
hablar de nuestras penas,
siendo dos compañeros
totalmente opuestos
pero iguales,
danzando
en nuestro refugio de confidencia
hasta que nuestro dichoso silencio,
que sin darnos cuenta
nos fue llevando con su marea
lejos de la cálida orilla,
dejándonos a la deriva
en un mar abierto.