Escapando del murmullo de la sociedad,
ocultando lo que sentimos…
en la más deshabitada soledad,
ahí, donde únicamente anidan frustrados deseos,
que no provocan otra cosa que hacernos suspirar.
Agonizando en el silencio,
disimulando las ganas que nos tenemos…
fantaseando con robarnos un beso,
y después de un beso…complacernos de pasión.
Evitando exponer las emociones,
que los latidos encubran su entusiasmo,
que no delaten al corazón…
para que nadie sepa…
que tú y yo nos estamos muriendo de amor.
La vida injustamente nos sorprendió,
quizá en un inoportuno momento,
la vida muy tarde nos presentó…
privándonos de alguna oportunidad,
nos dejó suspendidos de la ilusión,
colgados en el dilema de no saber…
si el destino terminará mediando a nuestro favor.
Quizá no cabe seguir esperando…a quien nunca llegará,
resulta cruel seguir soñando…
si los dos ya no deliramos lo mismo,
si no alucinamos en la igual dirección.
Me he gastado media vida…implorando que suceda,
que acontezca lo inesperado,
que se libere tanta indecisión…
y que la casualidad nos congregue por una última ocasión.
Pero el destino ya estaba escrito…
y el tiempo inexorable…
no dio tiempo al milagro de un reencuentro,
y a la severidad de lo adverso…le terminó dando la razón.