El-aprendiz

Esta vejez

Ayer se marchó
llevándose tanto:
del cuerpo el vigor,
del rostro el encanto.

Trocó los colores.
Cambió la  apariencia.
Nos trajo dolores
y poca paciencia.

En coro los años
dejaron estelas
de recuerdos vagos
e ilusiones muertas.

Atrás se quedaron
los logros de antaño.
Que poco importaron
hoy que los miramos.

Pero hubo ganancia:
amor y y cariño.
Por eso las gracias
al fin del camino.