Un tornado ensayó mi cuarto antes de ti,
perdona el caos: aquí no llueve así.
California seca, Arizona en la piel,
pero llegas y el cielo aprende a ceder.
No lloro en voz alta, no suelo caer,
mis ojos resisten… contigo, no sé.
Dije “no es amor”, lo dije por fe,
como quien miente para no creer.
Ofrecí casas lejos, futuros sin raíz,
aviones que esperan, sin pista ni fin.
Fui frío por miedo, fui breve por ti,
me quise salvar y te pensé aquí.
¿Me piensas aún cuando miras adelante?
Yo ya construía un “siempre” gigante.
Tú vivías el día, yo el eco después,
primer amor tatuado en la sien.
Seguimos el camino hasta el gris final,
del color al silencio, del pulso al sal.
Si esto fue amor, no sabe morir:
sigue lloviendo
cada vez que pienso en ti.