“Se amable y serás recompensado”,
Dichos vacíos resuenan en la sociedad.
¿En qué momento la bondad
se volvió moneda de cambio?
Muchas almas suplican,
pero muchas manos se cierran,
temerosas de no ver
la devolución del favor.
La amabilidad no es herramienta,
es disciplina del alma.
Una práctica diaria
que se sigue en silencio.
Ayudar. Y amar.
Con el corazón abierto,
no con la mano contante.
Yo no soy alguien bueno,
ni alguien malo.
Solo conozco las llamas
del caos que habita en mí.
Y,a pesar del fuego,
elijo ser amable.