En el alma que siente cada brisa,
llevo el eco de sueños y silencios sutiles,
con ternura me llaman, sin ninguna prisa,
y en cada verso, mis emociones más útiles.
Siento el rocío que besa mi rostro,
el abrazo suave del sol al despertar,
en cada latido, un nuevo encuentro, un rostro,
de historias tejidas, que suelo cuidar.
Soy reflejo de almas, espejo de anhelos,
un jardín de emociones, mi esencia y mi hogar,
aprendiendo en cada abrazo, en cada anhelo,
y en cada palabra, un nuevo soñar.
Lloro, río, amo con fervor y calma,
la empatía es el faro que guía mi andar,
en cada poema, entrego mi alma,
un latido sensible, que puedes tocar y amar.
Así soy, entre piel y sueños,
un ser imperfecto, buscando conexión,
en cada línea, superando mis empeños,
viviendo en el mundo, con cada creación.