Julián ValZa

Mentiras Piadosas?

Hoy la verdad camina con los zapatos cambiados,

se disfraza de risa, de juego, de engaño liviano.

El mundo bromea, pero no todos ríen igual:

hay inocencias que nunca aprendieron a mentir.

El inocente no es quien ignora, sino quien aún cree.

Quien presta su confianza como un vaso de agua

sin preguntar si el otro tiene sed verdadera.

Hoy se celebra la burla breve, la mentira que se confiesa al final, pero hay mentiras que no tienen campana de cierre, que se quedan a vivir en el corazón.

Inocente es el niño que espera, el adulto que todavía sueña, el que ama sin trampas,

el que no aprendió a sospechar de todo.

Quizás este día no sea para reírnos del engaño,

sino para recordar lo frágil que es creer,

y lo fácil que es romper algo que tardó años en mantenerse limpio.

Porque perder la inocencia no siempre es crecer;

a veces es solo cansarse de confiar.

Y aun así…

benditos los que siguen creyendo,

porque en un mundo experto en mentir,

la inocencia sigue siendo un acto de valentía...