En el mapa de mis días, tú eres el norte,
la paz que se instala cuando el mundo hace ruido.
No es solo el amor, es la suerte de tenerte,
es hallar en tus brazos mi lugar preferido.
Eres el verso que mi alma siempre escribe,
el motivo por el cual el camino es ligero;
en tu sonrisa mi alegría sobrevive,
y en tu abrazo es donde realmente soy entero.
Admiro tu fuerza, tu brillo y tu esencia,
la forma en que haces que todo sea mejor.
Gracias por darme el regalo de tu presencia,
y por ser, cada día, mi mayor motor.
Si el tiempo se detiene, que sea a tu lado,
donde el mundo es eterno y la calma es constante.
Gracias, esposa, por el camino trazado,
por ser mi destino y mi amor más brillante.
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