Obtuve rotundos logros
en la regulación ética y moral
para la inteligencia artificial,
en su desempeño dentro de la sociedad.
Aticé las brasas del diálogo interreligioso,
promocionando paz y armonía;
la candela se esparció inconcebible
por todas las regiones en conflicto.
Me da pena ajena decirlo,
pero los avances alcanzados
en los tratamientos médicos criticos
seguirán manteniéndose exclusivos
para los que tengan plata.
La polarización en entornos digitales
continuó incidiendo en las relaciones sociales,
seguirá siendo un anhelo
de la comunidad presencial.
Redefiní alianzas
proyectando un mundo multipolar
pero solo prevalecen intenciones particulares.
Contemplé a los países,
la mayoría sumergiéndose en un remolino
movido por conflictos de soberanía tecnológica
y desacoples selectivos.
Dí mis primeros pasos
en la computación cuántica.
Fuera de los laboratorios
se revoluciona el espectro con cautela.
Me cubrí de récords
en la adopción de energía renovable,
aunque siga con calenturas progresivas
en mi resoluto cuerpo.
Me sacude el absurdo meteorológico
de que los que tienen agua
les llueve a cántaros,
mientras los que no
van a llorar al valle…Feliz Año Nuevo 2026.
28-12-25
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