mauro marte

DESTILAR

 

Al envejecer,

destilamos los recuerdos

vamos forjando de nosotros

nuestra propia opinión

elegimos los recuerdos que más

se asemejan a nuestro humor.

 

Si amamos al amor, endulzamos

aquellos que nos produjeron dolor

y si, proclive a la misantropía somos,

cargamos a cuesta los que producen

rencor.

 

Cuando hemos amado

aquilatamos en la distancia aquellos

momentos de sencillez y plenitud

y disminuimos esos instantes de heroísmos.

 

Si hemos, amargado vivido, y sentimos que nada

que agradecer tenemos, inmensos y terribles

recordamos esos percances simples

que habremos tenidos.

 

Destilar, como el mejor de los licores

el afán de la vida y el tránsito de vivir

y elegir lo que hay que agradecer a la vida

desechando toda amargura.

Es el mejor acto de envejecer y vivir la vida.