Entre el río y el bosque,
con paso firme y mirada al frente,
de noche, con frontal.
Cada vez más rápido,
más sudor, más cansancio,
dándolo todo hasta el final.
A mi rollo conmigo mismo: el esfuerzo y la naturaleza,
el cansancio convertido en oportunidad.
El bosque y el fluir del río, la luna y las estrellas,
acompañantes y testigos de mi avance hasta acabar.
Otra noche más quemada al tiempo,
entre cansancio y esfuerzo,
conexión con la naturaleza,
mi pulmón, su pulmón.
Y así, agradecido y afortunado: ¡A por otras mil más!