Classman

ARREBOL

 

Desde la vieja Castilla

viajé hacia el sur por amor,

la tierra con el olor 

a azahar y buganvilla.

 

Vivo a la orilla del mar,

contemplando amaneceres

que es uno de esos placeres

que acostumbraba a soñar.

 

Sus bellas puestas de sol

engrandecen el paisaje,

cuando el cielo en su celaje,

forma un hermoso arrebol.

 

Observo frente a un canchal,

una recóndita cala

que, a la vista, nos regala

un inefable arenal.

 

Allí me siento a observar

columbrando allá a lo lejos,

un fulgor que en sus reflejos

es la mangata lunar.

 

                                                      Classman