Javier Julián Enríquez

La inmortalidad de la poesía

Sobre las alas del tiempo he erigido
un monumento de lírica esencia,
más firme que el bronce en suma presencia,
más noble que el mármol ya consumido;

del Nilo hasta el Tíber ora extendido,
mi canto, portador de alta cadencia,
burla de los siglos esta inclemencia
y este yugo del polvo y del olvido.

No me someto al férreo destino,
pues mis versos, cual luz inextinguible,
trascienden este límite mezquino;

y mi voz, contra el poder infalible,
se alza cual faro en curso cristalino,
haciendo así lo eterno más visible.