Hibullon

La Viuda

 

La viuda mece su delicada cabeza,

en una mecedora donde el viento la cara le besa,

su tranquilidad desborda certeza

de la gran plenitud que ha vivido ella.

 

La viuda sola se encuentra,
su amante se ha mudado lejos de ella,
en su celestial morada con calma la espera,
sin impaciencia, no la acelera.

 

A pesar de tener ya hecha su maleta,
le gusta hacerle compañía a Doña Tierra,
todas las tardes sale a verla
y su pronto viaje ni la asusta ni la tienta.

 

Con inocencia cuestiona su nieta:
¿Qué acaso mudarse no le aterra?
La viuda preciosa lección le deja:
¿Qué es la vida sin su fin?
Lo mismo morir sin vivir.

 

El tan esperado día tocó su puerta,
ella se despide sin mucha brega
de la Tierra, de su nieta y la casa que atrás deja.

 

El buzón pregunta: ¿Por qué tan pequeña maleta?
Ella le sonríe y le muestra lo único que en ella lleva:
su amor y lo mucho que disfrutó,
por ello fue que realmente vivió.