En el pulmón del mundo,
donde los árboles piensan en hojas,
y la bruma camina descalza,
tu alma se sienta a descansar.
No hay prisa,
solo el pulso del musgo,
el eco del agua que no necesita ser oída,
y el viento que no busca destino.
Allí, donde todo calla,
el Todo susurra.
Antonio Portillo Spinola