Menesteo

¡Pararse por un instante!

 


¡Pararse por un instante!

Andando voy por la orilla
con mis pies pisando espumas,
una mar alzando brumas
bajo una luna que brilla.
Voy cubierto con mantilla
para abrigarme del frío
y a la noche desafío
queriendo ver en la luna,
mi buena o mala fortuna
por el amor que yo ansío.

Sin temor yo le diría
que, siendo la mar tan grande,
el universo se expande
y me servirá de guía.
No quiero tener porfía
con la blanca luna errante,
observarla ya es bastante
para pedirle consuelo,
siendo testigo en el cielo
de los ardientes amantes.

En sus noches más brillantes
está cubierta de estrellas,
que en su conjunto son bellas
las que tenemos delante.
¡Pararse por un instante!
Contemplar esa hermosura
que tantos años nos dura
y debemos de cuidar,
por bien de la humanidad
sin tener que poner curas.

José Ares Mateos