Te quiero porque eres luz, vagando en mi oscuridad, eres todos los consejos, que siempre quise escuchar.
Eres el sol de mis días, solo despierto para verte, y duermo para soñarte, eres mi luna creciente.
Pilar del desequilibrio, sostén de mis emociones, sabiduría en mi camino, libertad en mis represiones.
Eres las rosas en el patio, las espinas que me corrigen, las estrellas que me vigilan, y el cielo que me sonríe.
Te aprecio porque tu valor, es de acciones y palabras, de afectos y de recuerdos, de esperanza y enseñanzas.
Agradezco estar contigo, que seas parte de mi vida, como muestra de mi amor, te regalo ésta poesía.
No tengo más para dar, mi voz se la lleva el viento, mis acciones son cuestionables, y solo cargo resentimientos.
No tengo mucho que ofrecer, en tus certezas dejé mis dudas, en tus memorias mi presencia, y en tus manos mí escritura.
Te amo porque eres tú, quien da sentido a mí vida, eres mi espada y mi escudo, quien me protege y me guía.
Gracias por estar conmigo, por perdonar mis errores, gracias por volverme fuerte, por acallar mis temores.
Quédate siempre a mi lado, no vueles sin darme alas, toma mi mano entre las tuyas, en las buenas y en las malas.
Si la vida es un sueño, no me dejes despertar, y que el color del mañana, siempre nos vuelva a encontrar.