Jesus Armando Contreras Nuñez

La costumbre de mentir

No mentí por crueldad.
Mentí por miedo.

Aprendí temprano
que decir la verdad
también podía doler,
y elegí callar
para no perder.

Al principio fue pequeño:
una omisión,
un detalle guardado,
una frase a medias.

Después se volvió hábito.
Y lo que empieza como defensa
termina siendo traición.

No mentía para engañarte,
mentía para quedarte.

Pero cada verdad que escondí
te fue alejando
sin que yo lo notara.

Hoy entiendo tarde
que el daño no fue la mentira,
sino la costumbre.

Porque uno puede amar
y aun así herir.
Puede temer
y aun así destruir.

Y hay culpas
que no gritan,
pero pesan para siempre.

Jesús Armando Contreras.