MorningStar

Hilo rojo

Hoy que te veo

te besaré tantas veces

como ardiente es mi deseo guardado,

te besaré como antes,

como ya lo hice

en la intimidad insaciable de mis sueños.

En la madrugada

unidos tocaremos el cielo,

te daré un amor tan profundo

que suplicarás  

otra vez,

como si no existiera el tiempo.

 

Disfrutarás cada milímetro de mi cuerpo

con la devoción de quien sabe

que nada es eterno,

que cada caricia

es una despedida  que duele al saber que es eso.

 

Al final,

entre tú y yo

quedará el secreto:

el latido compartido,

la verdad que no se nombra.

 

El de dos amantes

que al dejarse se van rompiendo,

porque no pueden amarse

cuando ya no es su tiempo.

 

Dos almas que al encontrarse

hallaron por fin

el hilo rojo del deseo,

y al tocarse

hicieron un juramento silencioso:

amarse siempre,

aunque sea en silencio.

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