En tu amor me deleito y regocijo
echando en el Leteo los ingratos
que torturaron con sus malos ratos
un corazón que nunca los maldijo.
Mi alma alegre se goza, y no me aflijo
al tener tu presencia y buenos tratos.
Me diste tu atención y no maltratos,
y así en tu amor,seguro me cobijo.
El Sol era abrasador.
¿ Y cómo es que en la arena
había sólo un par de huellas,
si se supone que éramos dos?
¡Gracias Señor, por llevarme
en tus brazos!
W.M®