Siento el sutil vuelo,
de tantos besos que no han nacido,
por ir sin compañero...
Son todos y ninguno,
los besos que esperan ser instituidos,
formando un espejismo...
En su frío sin fuego,
para mis ojos son ósculos inventados,
que la luna ha helado...
Y cuando asumo el reto,
de entrarles por el centro de su labio,
les caliento su universo...