Jesús Oscar Ugalde

La nave de la imaginación

En la nave de la imaginación 
en un instante,
la blancura de Sirio y un nódulo impresionan al oscuro vacío...

Y más allá, a Tau Ceti me dirige el enigma de aurora
y el viaje misterioso de la humanidad desamparada,
a velocidad descomunal, y con rumbo desconocido.

Tantas mentes concibiendo un cosmos indiferente,
desde antaño,
aunque sus futuros no germinen,
solo quimeras, solo ilusorias expectativas.

En la nave de la imaginación la galaxia es mia,
cada estrella responde a su nombre, a la vida,
nos observan ojos sin dimensión, como fantasmas.

¿Y que será de este infinito viaje?
¿Cuándo saludarán los puntos pálidos nuestra curiosa presencia?
Y algún día en este bosque, en esta oscuridad,
Nuestro saludo:

Venimos en paz, los hijos del sol desde el brazo de Orión.
Venid en paz también.

En la nave de la imaginación,
Andrómeda asoma ya su nube, 
su cataclismo sin testigos en nuestro sol desfallecido,
como una brasa que testificó la inteligencia,
el poderío de la mente en alguna inconcebible travesía.