En medio de aquella soledad
pude escuchar zigzagueante al viento,
se oyó un suspiro tras él, llegó un lamento,
súbitamente rompió mi intimidad.
Vivo entre gente, pero me siento solo
sumido en un espectro que no desaparece,
llego a un hastío que luego permanece,
pues esa situación no la controlo.
Encuentro a veces paz en mi recogimiento,
evito la ansiedad y algún vano consejo,
después después de meditar me miro en el espejo,
no veo a aquel muchacho, un hecho que lamento.
Como evitar mi inefable sufrimiento
en esta condición, me veo desbordado
como recuperar cualquier tiempo pasado,
si henchido de nostalgia, mi vida es un tormento.
No hay palabras que consuelen
un dolor inexplicable,
es un suplicio incurable
que hasta en el alma nos duelen.
Classman