Las manos en el volante
y tu cantabas.
El coche corría
y yo te miraba.
Ahí me di cuenta,
tal vez te amaba.
Mi sonrisa, mi forma de hablar,
como caminaba
cambiaron de la noche a la mañana
por sentir otra vez como, esa luz me arropaba.
Un día si, otro también
yo solo te escuchaba
\"no me hará daño nunca\" decía
que equivocado estaba.
Aún recogiendo los trozos de mi vida
yo me encontraba,
cuando me di cuenta de que te quería
pero ya no te esperaba.