ELOGIO DEL POEMA URGENTE
Dedico este poema urgente
a los hermosos cines de verano
que aparecían, por entonces, perfumados
por la ancha enredadera
que crecía a ambos lados,
y a la primavera incipiente que no sabe
que ha llegado y que sin embargo se extiende,
y a la hojas que crecen con forma de borbotones,
como si nada, y que tapan al final el horizonte.
Y a los puertos de montaña, tan seguros, sólidos
estables, y a sus cotidianas nieves,
y también a las construcciones
con menos de dos alturas, y al débil sonido del eco
de los pasos que se pierden
por el llano, después de avanzar un trecho.
Y aquí sí resultan útiles, comprometidos,
audaces esto versos conjuntados
que, además, siempre son tristes.
Gaspar Jover Polo